Desde 1981, el Año Internacional de los Impedidos, seguido por el Decenio de las Naciones Unidas para los Impedidos (1983-1992), empezó a abrir el debate para lo que serían las Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad adoptadas por la Asamblea General en 1993. Incluso si no se trataba de un instrumento jurídicamente vinculante, las normas uniformes representaron un compromiso moral de los Gobiernos de tomar medidas para la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad. Nuevos conceptos y marcos empezaron a aparecer : el Proceso de Producción de la Discapacidad (1998) reconoció la importancia de los factores sociales en la producción de situaciones de discapacidad; en 2001, la clasificación internacional de la Organización Mundial de la Salud fue revisada en ese sentido y se publicó la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (2001) Ese mismo año, una propuesta hecha por la delegación mexicana en las Naciones Unidas fue el lanzamiento de las negociaciones para un tratado internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad.
A partir de las entrevistas, varias voces se levantaron para subrayar cómo, antes de la Convención, predominaba el,modelo médico como un enfoque para la discapacidad. Según esas voces, numerosas acciones tomadas se centraban en la rehabilitación y en la fisioterapia, promoviendo servicios separados como la educación especial. Entre los panelistas, algunos insisten en el hecho de que personas con discapacidades de salud mental eran internadas y sometidas a tratamientos forzados; otros, en el hecho de que personas con discapacidad sufrían una gran discriminación e incluso, en algunos países, unaestigmatización por razones vinculadas con la tradición. Como consecuencia de ello a las personas con discapacidad se les estaba negando la mayoría de los derechos humanos que por lo general se dan por sentado: el derecho a la familia, el derecho de voto, la capacidad jurídica; tenían un acceso deficiente a la educación, a la información y al empleo.
Tras ser aprobada, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se abrió a la firma; es importante destacar que solo entraría en vigor, una vez ratificada por 20 países. De este modo se inició el proceso de ratificaciones, desplegado a nivel de país. Ese fue el momento en que los líderes que habían participado en las negociaciones en Nueva York la difundieran en sus propios países. Las entrevistas recogidas dan testimonio de los numerosos esfuerzos de promoción realizados en los Estados para que ratificaran la Convención: se organizaron talleres, libros, herramientas, guías, de manera que las personas con discapacidad se pudieran apropiar de la Convención y hacer la promoción de los intereses a nivel nacional para su ratificación.
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