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Vínculos con la cooperación internacional

 

El Caucus Internacional de Discapacidad estaba desempeñando un papel importante para estimular los debates, expresando la voz de la sociedad civil durante el proceso de redacción. Pero me sentí realmente preocupado por la sobrerrepresentación de las organizaciones de los países desarrollados en ella, mientras que los países en desarrollo estaban escasamente representados. Como las condiciones de discriminación eran diferentes en el Sur global, necesitábamos tener esto en cuenta. Esta es una de las principales razones que nos llevaron, como el Instituto Interamericano de Discapacidad y Desarrollo Inclusivo (IIDI) en conjunto con Handicap International (HI), a diseñar el Proyecto Sur. La propuesta general fue enriquecer cuantitativamente el Caucus con más personas y organizaciones de todo el mundo, enriqueciéndolo al mismo tiempo en términos de diversidad de propuestas. La presencia de líderes de países en desarrollo dio sustancia a la influencia en cuestiones como el desarrollo y la cooperación internacional. Nunca en la historia de otros tratados de las Naciones Unidas se había cubierto el tema del desarrollo de esa manera. En este sentido, el Proyecto Sur logró tener un impacto real en la Convención, logrando la inclusión de la lucha contra la pobreza y el apoyo al desarrollo y la cooperación internacional como cuestiones transversales. Los vínculos entre la pobreza social, el desarrollo y la discapacidad se reflejan en los artículos 11 sobre acción humanitaria y el artículo 32 sobre cooperación internacional.

Luis Fernando Astorga

Empecé a abogar por una cláusula sobre la cooperación internacional en nombre del Consorcio Internacional sobre Discapacidad y Desarrollo en el 7º Comité ad hoc. El esfuerzo lo lideró Mariana Olivera West, quien era la delegada mexicana, facilitadora en el lado diplomático para lo que posteriormente pasó a ser el artículo 32 –Cooperación internacional. Trabajé estrechamente con el Proyecto Sur, donde los líderes del Sur estaban haciendo la promoción de intereses. Ellos vinieron con ideas muy buenas y de gran alcance sobre lo que la cooperación internacional significaría para las personas con discapacidad. Pude ver un interés claro, puesto que no había ninguna disposición independiente sobre cooperación internacional en ninguno de los demás tratados sobre derechos humanos de la ONU. Así que sabía que las negociaciones serían complicadas y políticamente cargadas. Cada vez que iba a argumentar sobre algo, me tenía que asegurar de que no íbamos a hacer demasiada presión, porque eso nos ponía en riesgo de perderlo todo. Los líderes del Proyecto Sur parecía que confiaban en mí, así que tuve una actitud más de líder que de consejera en el artículo 32; algunos aspectos se añadieron al artículo 11 sobre las situaciones de riesgo, que surgió en respuesta al tsunami de 2004.

Marianne Schulze

El debate sobre la cooperación internacional fue interesante, porque al principio la sociedad civil estaba representada mayoritariamente por organizaciones de la sociedad civil de los países desarrollados. Esto había tenido una influencia en el contenido y en el foco de los debates. Conforme aumentó la participación de los países en desarrollo, fue cobrando importancia la idea de que también existían numerosas barreras económicas a superar para mejorar la situación de las personas que vivían en la pobreza. Y este debate fue muy interesante; fue apoyado y recogido por la mayoría de la sociedad civil. Si nos fijamos en la Convención, básicamente afectaba a los temas relativos al acceso a los recursos, pero también se dijo que los países en desarrollo no podrían alcanzar los estándares establecidos por la Convención sin la ayuda de otros países. Ahí es donde la cooperación internacional empezó a emerger como un tema. Este debate fue importante; incluso fue incluido en el preámbulo de la Convención.

Silvia Quan

El mensaje que HI estaba intentando transmitir durante el proceso de redacción, junto con el Consorcio Internacional sobre Discapacidad y Desarrollo (IDDC, por sus siglas en inglés) y el International Disability Caucus (IDC), era que hacía falta un desarrollo inclusivo que tuviera en cuenta las cuestiones relativas a la discapacidad, a fin de que se consiguieran los derechos humanos de forma efectiva para las personas con discapacidad. Tuvimos como objetivo influir en los debates mediante la creación de un impulso hacia la integración en el medio ordinario. Hacíamos hincapié en el hecho de que la discapacidad debía ser abordada por todas las políticas sectoriales como un asunto transversal, como ocurre con las mujeres y los niños. Como resultado de ello, intentamos presentar la idea de un desarrollo inclusivo en todos los artículos de la Convención. Esta Convención tiene que convertirse en un marco claro para la realización del cambio de paradigma en materia de discapacidad teniendo en cuenta los derechos humanos y el desarrollo social. El objetivo era crear herramientas destinadas a un enfoque basado en los derechos para el desarrollo en materia de discapacidad. HI también abogó firmemente por los artículos 11 sobre la acción humanitaria y el artículo 32 sobre la cooperación internacional. Para estos artículos, HI y el IDDC de alguna manera tomaron la iniciativa por la sociedad civil, ya que eran artículos en los que nos centramos específicamente para transmitir el mensaje del desarrollo inclusivo. Las organizaciones del Sur realmente apoyaban esta idea, sabiendo que la aplicación de la Convención solo se podría lograr fomentando esfuerzos de desarrollo que incluyeran a las personas con discapacidad.

Philippe Chervin

Las relaciones entre las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), las Organizaciones de Personas con Discapacidad (OPD) y la cooperación internacional, en general, no salieron de la Convención. Salieron de los 50 años de desarrollo dentro del área de la discapacidad. Desde la mitad, incluso cuando se empezó a esbozar el Proyecto Sur, se empezaron a ver a ONG que tomaban en serio el hecho de que tenían que trabajar con las OPD a diferentes niveles. Esto es algo que siempre se tiene que impulsar y renovar. Si no se les apoya para que trabajen lo mejor que puedan, es muy posible todavía que nos quedemos atrás en este tipo de compromiso y que las OPD se conviertan de nuevo en beneficiarias. La Convención está ahí para cambiar precisamente eso, al hacer que las personas con discapacidad y sus organizaciones representativas pasen de ser beneficiarias a participantes de pleno derecho.

Rosângela Berman Bieler

Yo estaba muy comprometida con el desarrollo inclusivo. Pensé que estas negociaciones no solo serían una oportunidad para reafirmar los derechos de las personas con discapacidad, sino también para ponerlas en el contexto del desarrollo […]. Lo que la Convención hace proporciona un referente para el discurso sobre el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad. Es un hito, que no se parece a nada. Se reconoció que el movimiento de los derechos humanos y la Convención tienen un papel de pleno derecho que desempeñar en el contexto general de la agenda para el desarrollo. Estábamos un poco frustrados al ver que no había nada sobre la discapacidad en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Tratamos de incorporarlos, pero ya era demasiado tarde. Ahora, se han incluido algunas preocupaciones relativas a la discapacidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, gracias a la Convención.

Rosângela Berman Bieler

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