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Setia Adi Purwanta

 

¿Cuál era la situación de personas con dif-capacidad en su entorno (Indonesia) antes de que se aplicara la Convención? ¿Cuáles eran los principales problemas con los que se veían confrontadas las personas con dif-capacidad?

Antes de la Convención, en Indonesia se prestaba muy poca atención a los derechos de las personas con «dif-capacidad» (véase la siguiente pregunta para obtener una definición de este término), que no eran apenas respetadas. En ese momento, todo seguía funcionando con un enfoque de caridad. En 1995, creé una asociación con mis amigos con dif-capacidad, llamada «Equal rights now» (o «Igualdad de derechos ya») para reivindicar nuestros derechos y redactamos una propuesta de ley que presentamos al Gobierno. Se tradujo en 1997 en la ley número 4 sobre las personas con discapacidad. Finalmente nos quedamos bastante decepcionados cuando la ley fue promulgada. El Gobierno había hecho muchas restricciones, y el enfoque se basaba más en la caridad que en los derechos. Como consecuencia, no podíamos ampararnos en ninguna ley para luchar por nuestros derechos, mientras el Gobierno no hacía mucho para cumplir estos derechos. Ir a la escuela, conseguir un trabajo, la accesibilidad de las instalaciones públicas eran cuestiones que apenas se trataban.

¿Cómo se implicó en el proceso de redacción de la Convención?

Primero de todo, yo había participado en 5 reuniones preparatorias, organizadas en Bangkok por la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico. Habían establecido estas consultas a nivel regional para nutrir el debate global de lo que estaba ocurriendo en Nueva York durante el proceso de redacción de la Convención. Lo mismo ocurrió en África, Latinoamérica y Europa. Cuando me incorporé a la Asamblea en Bangkok, yo estaba interesado en la educación, las oportunidades de empleo, la salud, la accesibilidad de los servicios públicos, la justicia. Sabiendo que yo había participado en estas reuniones, Handicap International decidió enviarme a Nueva York para participar en la reunión del Comité ad hoc, como parte del Proyecto Sur. Fue en el año 2006. Antes de eso, yo ya había trabajado con ellos, especialmente en la gestión de los desastres. En Nueva York, estuve en las reuniones del Proyecto Sur, creadas para contar con líderes de las organizaciones de personas con discapacidad del Sur para que participaran en el proceso de redacción. Allí me hice muchos amigos, especialmente de Latinoamérica. Durante el Comité ad hoc, conocí a alguien de la embajada de Indonesia ante la ONU. Como mi hotel estaba situado no lejos de ellos, era más fácil para mí estar en contacto con ellos. Si tuve algunos problemas, también me ayudaron a conseguir referencias. Y luego, después de las reuniones, me invitaron a participar en las discusiones con el representante y el embajador para ayudarles a definir una estrategia. Tuve una buena relación con la embajada de Indonesia ante la ONU.

¿Qué tipo de aporte hizo usted a los debates?

En las reuniones daba mi opinión, aporté los resultados de lo que se había elaborado en Bangkok sobre la educación inclusiva, el seguro de enfermedad para personas con dif-capacidad, sobre las cuotas en el sector laboral, en el estatal y en las empresas. Yo había traído los documentos de exposición de conceptos que resultaron de este encuentro. También quise hablar de la situación en Indonesia, donde no había una buena reglamentación. No obstante, necesitábamos una reglamentación consistente, que pudiera servir de base para que nuestro movimiento obligara al Gobierno a cumplir con nuestros derechos. Mi expectativa era llevar estas problemáticas hasta donde pudiera, sabiendo que también iba a estar con otras personas que iban a tener las mismas preocupaciones. Eso fue lo que sucedió con las reuniones del Proyecto Sur. No solo me encontré con algunos amigos, sino que había mucha gente y mi esperanza era que, juntos, habláramos con una voz más fuerte.

¿Podría explicarnos qué entiende usted por dif-capacidad?

Muchos libros sagrados de diferentes religiones explican que Dios nos creó a todos en perfecto estado. Cada uno de nosotros tiene su propio propósito en la vida, y Dios nos dio nuestros propios instrumentos para resolver nuestros problemas y realizar nuestras tareas. Por ejemplo, considero que mi ceguera es un instrumento que me fue dado por Dios para el cumplimiento de mi misión. Por cierto, creo que no es una discapacidad, es simplemente parte de mi perfección. Las personas con dif-capacidad no están discapacitadas; simplemente tienen diferentes instrumentos y capacidades. Es parte de nuestra identidad colectiva como grupo, con arreglo a las teorías del movimiento social. Esta palabra «dif-capacidad» es nuestro grupo mental, en el sentido de que pensamos igual.

¿Cómo su participación en el proceso de redacción tuvo un impacto en su trabajo después?

Al regresar de Nueva York, yo aún tenía buenas relaciones con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Como la ratificación dependía del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Ministerio Social, intervine para que el Ministerio Social enviara representantes para el último Comité ad hoc. Trabajamos conjuntamente con otra organización en pro de la ratificación. Esto requirió grandes esfuerzos. Junto con Handicap Internacional, tradujimos la Convención al indonesio y lo presentamos a la Comisión nacional de derechos humanos. La Convención fue ratificada en 2011. Tras la ratificación de la Convención, hemos abogado para que el Gobierno nacional promulgue una nueva ley de conformidad con la CDPD. Pero, incluso antes de la ratificación, ya habíamos empezado a trabajar en el plano local, para presentar reglamentos al Gobierno local, con arreglo a la Convención que se estaba elaborando. Al mismo tiempo, estábamos empujando al Gobierno nacional para que ratificara la Convención. Finalmente, se ratificó en noviembre de 2011 y nuestro reglamento local fue implementado en Yoggikarta en mayo de 2012. A continuación, hicimos presión sobre el Gobierno nacional para que cambiara el reglamento para hacerlo conforme con la CDPD y presentamos un borrador como base al Parlamento (que se tradujo en la ley n°4 aprobada en 2016). El Gobierno reaccionó y está llevando a cabo el Plan de acción nacional sobre los derechos de las personas con dif-capacidad. A nivel local, nuestro gobernador declaró Yoggikarta como provincia de educación inclusiva. También tenemos un seguro de enfermedad especial para las personas con dif-capacidad.”

¿Cuál es su visión para la aplicación de la Convención en el futuro?

Aunque tengamos ahora la Convención, la situación es que todavía estamos lejos de que se hayan cumplido nuestros derechos. De ahí el nombre de nuestra asociación: «We want equal rights now» (o «Queremos la igualdad de derechos ya»). Si realmente queremos que se realicen nuestros derechos, tenemos que hacer la promoción de los intereses ante los Gobiernos, junto con otras organizaciones, por no hablar de las organizaciones de personas con «dif-capacidad». El trabajo en red con otras organizaciones tales como sindicatos, u otras organizaciones que trabajen en favor de los niños o del medio ambiente, parece ser una cuestión importante. Es evidente que queda mucho por hacer para asociar a las organizaciones de personas con «dif-capacidad» con otros tipos de organizaciones. Es un gran proceso en el que participar. También tenemos que trabajar junto con los medios de comunicación para que se oiga nuestra voz. Creo que nuestra voz puede ser más fuerte si confiamos en el poder de los medios de comunicación.

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